Tal como recoge la LOPS (Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias), la Fisioterapia es una profesión sanitaria.
Las funciones y obligaciones primordiales de un fisioterapeuta son: hacer una anamnesis inicial, un diagnóstico diferencial en fisioterapia, valorar al paciente y plantear y llevar a cabo programas de tratamiento (rehabilitación) individualizados para mejorar y recuperar las funciones motoras, reducir los síntomas dolorosos, maximizar el movimiento y tratar y prevenir las alteraciones físicas asociadas a enfermedades, lesiones, disfunciones y otras discapacidades.
Se aplican un amplio espectro de técnicas según el tipo de paciente, para conseguir los objetivos deseados. Siempre se mantiene una interacción directa con el paciente, familia y principalmente con otros profesionales de la salud, ya que cuando un paciente presenta signos o síntomas que no corresponden a nuestra competencia, no se debe tratar y es básico derivarlos con otros especialistas médicos para una valoración más exhaustiva.
El fisio trabaja siempre sobre los 3 niveles de la salud: a nivel primario promoviendo la salud y educando en prevención, a nivel secundario tratando al paciente para acompañarle a la autocuración y a nivel terciario tratando al paciente para paliar sus dolencias. En los 3 niveles de salud se ejecuta el tratamiento teniendo en cuenta siempre las cuatro dimensiones del paciente: psíquico, físico, social y ético.
Las sesiones de fisioterapia se dividen en 3 partes:
Tener en cuenta que algunas de las patologías estructurales que presentaremos posteriormente, no conseguimos su curación ni mucho menos, sino que ayudamos junto a un trabajo multidisciplinar a mejorar el umbral del dolor, acompañamos para mejorar los síntomas asociados a ésta y mejoramos la calidad de vida del paciente y de su entorno.