La Magnetoterapia produce un aumento de la presión parcial de oxígeno en los tejidos produciéndose así, un efecto sobre: el metabolismo del calcio en hueso y sobre el colágeno estimulando la osificación (en fracturas y fisuras), la cicatrización de heridas, la relajación muscular, la vasodilatación local, la absorción de edemas óseos, un efecto antiinflamatorio, entre otros.